Este pujante barrio le debe mucho de su existencia a la familia Azpeitia, predominante en el lugar a comienzos de siglo y también a la estancia "El Cortijo". Alrededor de los años 50, sus primitivos pobladores fueron vendiendo sus parcelas ante el auge industrializador que se avizoraba en el país y al que Luján no escapó a esa tendencia.